¿Tunear o no tunear? Esa es la cuestión…
Muchas veces nos han preguntado si merece la pena cambiarle las pastillas a nuestra guitarra, y nuestra respuesta es en la gran mayoría de los casos “SÍ”. El cambio de pastillas es la modificación más importante que podemos hacerle a nuestro instrumento, ya que el otro elemento sonoro más importante (la madera con las que se construyó la guitarra o bajo) es imposible de sustituir :).
Por poner un ejemplo, supongamos que tenemos una guitarra de serie media muy cómoda, con pastillas P-90 como la Sire Larry Carlton L7V TS, que nos encanta, pero queremos que sea más versátil para poder usar distorsiones o cualquier otra cosa. La solución podría ser la SHPR-1 P-Rails de Seymour Duncan en mástil y dejar la P-90 original en puente, ya que esta pastilla nos permite tener tres sonidos totalmente diferentes. Puede ser una humbucker ideal para hacer riffs afilados o una single coil para sonidos cristalinos y sonar como una P-90.
Podemos poner algún ejemplo que hemos vivido en primera persona con una Telecaster Méjico Standard, a la que le pusimos unas Dimarzio Twang King para conseguir un sonido mucho más dinámico y para sacar más partido al sonido de los bordones y el resultado fue sorprendente.
Una modificación no tiene por qué ser solo en gamas medias: no es la primera Gibson LP Custom a la que armamos con un set de pastillas EMG 81/85 para emular sonidos muy al estilo de Zakk Wylde o del metal más moderno tipo In Flames o Metallica.
Los bajos no se escapan a las mejoras, no es el primer Fender American Standard Jazz Bass al que le ponemos un previo activo STC-3 de Seymour Duncan junto a unas SJB-2 Hot para conseguir más pegada y ataque.
Lo importante es saber cuál es el sonido que queremos sacarle a nuestro instrumento, y teniendo esto medianamente claro, podéis consultarnos y seguro que podremos escoger el set de pastillas para que vuestro instrumento suene como vosotros queréis.